No solo se adquieren conocimientos del hecho artístico entre cuatro paredes, sino, y sobre todo, viviéndolo fuera de ellas. Se trata de estar despierto ante cada ser animado o inanimado que se cruce, o que nosotros mismos incluyamos, en nuestro camino. Un paseo por la orilla del río, corriendo para no perder el autobús, bebiendo vodka, escuchar la fricción de los grillos entre la oscuridad al volv ...