Hola a todos y bienvenidos un jueves más. Ya sabéis que el post de hoy es improvisado, así que como siempre pido perdón por los posibles fallitos.
Aún no ha amanecido aunque no sé si es por el cambio de hora o por otra cosa pero tengo la sensación de que el alba está muy muy próximo, el cielo ya tiene pequeños retazos anaranjados.
Tengo un café en la mano, mi gatito en el regazo y mucho silencio a mi alrededor, así que empiezo a escribir.
La verdad es que hoy no se me ocurre nada concreto de qué hablar, y como tenemos el día de difuntos a la vuelta de la esquina estoy un poco nostálgica.
Y me ha dado por pensar.
El otro día, en el blog de Piruli estuvimos hablando de fotos y yo expliqué que tengo muchas fotos porque mi abuelo siempre tuvo la pena de no tener ninguna foto de sus padres y con los años el recuerdo se le iba borrando, y no hay nada más triste que olvidar el rostro de tus padres, así que él siempre fue muy aficionado y mi madre y mi tío tuvieron muchas fotos para la época en que vivían, y yo también, mi infancia está retratada paso a paso,jejeje, y la de mis hijos igual.
Y pensando me he dado cuenta de lo importantes que son los recuerdos.
Creo que la mejor herencia que les podemos dejar a nuestros hijos, además de todos los estudios posibles, son los buenos recuerdos.
Algunas de nuestras fotos.
Estas son algunas de las muchas fotos que tengo, y no solo de la primera infancia.
Esos recuerdos harán que ellos sean buenas personas y tengan unos valores sólidos.
La mayoría sabéis que perdí a mi padre hace unos meses y lo llevo muy mal, realmente mal, pero si hay algo que me sostiene son los buenos recuerdos.
Nunca me canso de mirar mis fotos, me devuelven a la infancia.
Y sé el esfuerzo económico de mis padres para que tuviéramos tantas fotos.
Si algo tengo que agradecer a mis padres es haberme dado una infancia muy feliz.
Seguro que ellos tuvieron problemas, como todo el mundo, y dificultades y discusiones, seguro, pero siempre intentaron que fuéramos felices, y eso es algo que queda.
De mi infancia recuerdo días de verano en la finca familiar, comiendo bajo los manzanos y jugando a muchas cosas. Recuerdo días de playa con mi padre jugando con nosotras a lo que quisiéramos, y antes de volver a casa siempre había alguna sorpresa, o un helado, o una parada en un merendero con columpios o un paseo por alguna villa marinera.
Recuerdo que cuando mi padre, que trabajaba a turnos, salía de trabajar de noche, y en verano, después de que cenase salíamos a pasear y a buscar luciérnagas y éramos tan felices...
O las historias que siemrpe me contaba mi madre y que mi vecina de arriba, como ya os dije mil veces, se echaba en el suelo para escucharlas bien.
En mi memoria guardo los días de Navidad, las noches de Reyes y los paseos por la ciudad iluminada mientras hacíamos planes para todos esos días festivos.
Mi abuelo tocaba el acordeón y cantaba muy bien, talento que claramente se saltó alguna generación porque yo canto fatal, eso lo heredaron mis hijos.
Pues recuerdo días y días con él tocando un tecladito que teníamos y cantando, él muy bien, mi hermana bien y yo fatal, y nos enseñaba a tocar canciones asturianas, canciones de su Galicia natal y también algunas del momento.
Y mi abuela, cuyo único defecto era la manía con la limpieza, siempre se reía con nuestras ocurrencias y le encantaba llevarnos alguna sorpresa los viernes de invierno por la tarde.
Mis otros abuelos también eran muy buenos, la relación siempre fue más estrecha con los maternos, pero guardo muy buenos recuerdos de ellos también, de las cenas de Nochevieja, las visitas de invierno cuando mi hermana y yo no queríamos merendar y sí que queríamos beber coca cola, o los regalos de cumpleaños, mi abuela siempre nos ponía algo que nos gustaba y un libro, eso era obligatorio. Con ella juntamos la colección de Los cinco y unas cuantas más.
No os imagináis lo que me gustaba ir de excursión con la familia. Mi madre siempre planificaba algo, una ruta de montaña, un pueblo con encanto o algún sitio que tenía una historia, un río, un molino o simplemente que le gustaba su nombre.
Y nos lo pasábamos genial descubriendo sitios o volviendo a los descubiertos otras veces. Por supuesto, en el coche íbamos cantando y contemplando el paisaje con esos ojos nuevos con los que contemplan los niños.
No quiero hacer un post interminable y ya he contado muchas veces mis recuerdos así que no quiero aburrir, pero os diré que agradezco muchísimo a mis padres haber hecho mi infancia especial.
Seguro que tuvieron mil errores, como todos tenemos errores cada día,pero los compensaron con creces con el cariño que nos dieron, con el tiempo que nos dedicaron, que eso no hay dinero que lo pague, y con todos los recuerdos que os digo.
Ellos me llevaban a la nieve, a la playa, a los parques de atracciones,a coger moras, castañas y nueces.
Ellos me hicieron descubrir lo mucho que me gustan los animales y las plantas, y me dejaban coger grillos, rencuajos y cangrejos, pero siempre con la condición de soltarlos días después.
Ellos me hicieron valorar las pequeñas cosas, pero también me dieron viajes inolvidables y se esforzaron por darme una buena vida.
Y gracias a esa infancia feliz ahora puedo seguir aunque me duela el alma por haber perdido a mi padre demasiado pronto, puedo seguir porque tengo recuerdos preciosos de antes y de ahora, porque me he acostumbrado a atesorar momentos que luego puedo rescatar.
Solo espero que en el futuro mis hijos piensen que yo les di una buena infancia, espero que todo lo que nos hemos esforzado en hacerles felices ellos lo hayan recibido.
Bueno, empiezo a ponerme melancólica y no quiero, este es un sitio alegre y positivo y es lo que hoy quería decir, lo maravilloso que es tener buenos recuerdos.
Y esta es mi semana de los buenos recuerdos, porque además de conocer a Coppola(podéis verlo aquí) hoy voy a hablar en la radio, voy a contar mi anécdota de Grant Show, no sé si os acordáis pero podéis leerla aquí si os apetece.
Al menos empiezo la mañana con unas risas.
Bueno, pues hasta aquí el post de hoy, espero no haberos aburrido. Mañana pondré el I currently loving, que ya se nos escapa Octubre y quiero compartir los buenos momentos.
Y vosotros;¿sois melancólicos?¿Dais importancia a los buenos recuerdos?¿Os parece importante tener una infancia fliz?
Mil gracias por leerme y nos vemos mañana.