La Familia.

La familia es un tesoro muy valioso.
Un regalo de amor que Dios nos dio.
Es un vínculo estrecho, un lazo que se ata en cada uno de los miembros que forman parte de ese núcleo especial.
Unida por la línea de la sangre o la línea del corazón.


La familia es una puerta abierta por donde puedas pasar a refugiarte en momentos donde sientes que no puedes más. Es un corazón que se abre receptivo para consolarte y que siempre está dispuesto a mediar y perdonar.

Cuando tienes una familia, tienes identidad y sabes que no estás solitario por el mundo y que siempre habrá alguien con el que te puedas identificar. Cuídala, valórala, ámala, respétala. Aliméntala con detalles y cuidados. No permitas que cual planta se seque. Abónala con cariño. Toma tiempo para compartir con ella. Cultiva el diálogo y deja que se alimente de la confianza.

La familia es importante, Dios la instituyó y viven siempre cerca de su corazón. Por tanto, no menosprecies el valor y la importancia que cada miembro de tu familia debe ocupar en tus pensamientos y en tu alma.

Fuente: este post proviene de El Blog de... *Esperanza Mazzeda*, donde puedes consultar el contenido original.
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