A veces, nos convertimos En aquello que odiamos. Había una vez una Paquita y sí, vivía en un barrio y sí, el amor de su vida era un roedor de dos patas; borracho, infiel, agresivo, pero, trabajador y de apodo le llamaban el ratón. Paquita dio a luz a una segunda hija, muy morena y de rasgos toscos, igualita a su padre, don Miguel, el ratón; su primera hija era idéntica a Paquita, rubia de ojos ver ...
Manualidades de Azteca
Entender el motivo de tu partida Para qué, finalmente, siempre corrías en huida El engaño era mutuo, fue difícil entenderlo Sólo fue un intento vano de amar, para ti: un juego No abriste ni un poco tu corazón Lloré de pena, cada noche, sin embargo, mi amargura no era por ti No sentía lo desaforado y ardiente por tenerte a mi lado, estaba perdida En tus idas no había suspiros tras de ti, dónde e ...
Era de noche cuando Volví a casa, iba llena de tristeza, no había logrado vender ninguna de mis mercancías, mis hijos se contenían de preguntar si les llevaba algo de comer, sus ojitos ansiosos los delataban, tenían hambre, les llené de besos y abrazos y les pedí perdón por no haberles dado un bocado que llevarse a la boca ese día. Preparé un poco de café, en la despensa vacía había encontrado un ...
Botón de rosaSe abre y se marchita No sólo la odiaba y la maldecía, actuaba, acudí con personas que hacían brujería, le hicieron de todo, hasta le hecharon el muerto, sin dificultades, obtuve su ropa interior y cabellos de su cepillo de peinar; me robó el cariño de mi padre, ocupó el puesto de mi madre, cómo quisiera que se muriera, Ana, la mujer de mi padre. Llegó demostrando cariño hacia nosot ...
Con sus manos arrugadas me ofreció un jarro con café y leche clavel, me acercó la azucarera, una cuchara y una concha; era su forma de dar la bienvenida, siéntate, mijita, di la vuelta a la barra de la cocina, abracé suavemente a mi abuelita y besé su cabecita blanca; olía a café con canela y el sol iluminaba alegremente la ventana de la cocina; llegué sintiéndome que no valía nada, sintiéndome cu ...
Fueron pasos perdidos los que me llevaron ahí y suspiré No estabas tú, sólo la fuente, amparada en la sombra de los frondosos árboles Encontré lo viejo, ruinas y lo ido No te busqué, nunca lo hice Alguna vez acaricié tu recuerdo y lo colgaba en el olvido Evoqué cuando escape de tus brazos y de tus besos que se perdieron en el viento Ni siquiera vi tus lágrimas ni tu súplica Huí entre la brisa d ...
No te quedaste ahí, en tu fría tumba Tu recuerdo no se arrumba Tu dulce aroma es lo que me ancla en esta vida turbia Día a día, evoco tu caricia tibia A veces, mi egoísmo, urge tu sonrisa, tu abrazo Y me conforta saber que velas mi paso En ocasiones, me reprocho no haberte dado más de lo que te brindé Aunque sé bien que me bendecías hasta por pequeñeces que olvidé En mis batallas, evoco tu cariño ...
Tomó una parte de sí Para sellar aquella gran pena De esos ojos inundados de amor Daría todo su ser Su alma, sus abriles Y lo que aún no poseía Por ella, por su dulzura Por sanar lo irreparable Pues entre fragmentos El polvo se dispersa Y camina entre sus tibios brazos Con besos rotos y colmados de cariño Con un arrullo de paz, bendito De la preciosa ternura de su madre
En el momento que corté su trenza con mi machete, después del pleito de novios, Hermila, la mujer que amaba, golpeó mi pecho con sus pequeños puños, lloraba al decir, Fausto, qué has hecho?, el río bullicioso pareció enfadarse por mi vil acto, pude haberla ultrajado entre los maizales, pude actuar como un cobarde y quitarle la vida; sin embargo, la despojé de toda su protección al huir en mi caba ...
Al primer rayo del sol Ya le esperaba, impaciente Con las manos en los bolsillos del pantalón Por qué tardaba en llegar? Acaso, se había olvidado de él? Por doquier, buscaba su sombra En un perpetuo anhelo Al anochecer, Sonreía, meneando la cabeza Suspiraba, impaciente por conocerla y Exigirle que cumpliera su promesa Aún, no se cumplía tu plazo, le dijo ella al oído y Le acarició su mejilla, al ...
He de encontrarme Después de golpear a Chuno, lloré en mi cama, desperté con el maquillaje corrido y vestida, ni siquiera me había quitado los tacones; al bajar a la cocina, Chuno ya estaba listo para ir al colegio, mami, siéntate, desayuna, me dijo, y le temblaba la mano, noté sus ojos hinchados, desayunaba su cereal con prisa y le ordené que masticara bien, sentí culpa al ver el moretón en su m ...
El hombre de las moscas Rezaba, la bruja blanca, levantaba su libro sagrado, amenazante, cómo dispuesta a azotar a quien no le escuchara, todo aquel que se cruzara en su camino era amenazado por ser consumido en los ardientes infiernos, sus seguidores le imitaban, vociferaban de forma cruel sobre un Dios castigador y furioso; algunas personas, huían despavoridas, otras más, se sometían al adoctr ...
Sin un mañana Rutvín, cose la boca de la pequeña niña con hilo negro, le pide en un susurro que cierre los ojos, la pequeña niña, aterrada, se acurruca en el rincón de su cama sin poder emitir ningún sonido, sus lágrimas se deslizan por sus mejillas regordetas y se mezclan con la sangre de su boca, cuando el rey de las niñas, Rutvín, culmina su acto vil, rápidamente, vuelve a vestir a la pequeña y ...
Después de la golpiza que nos propinó mi padre, corrí hacia el cementerio, el cual quedaba a doce cuadras de mi casa, era domingo, día de visita a los muertos y además, habría dos sepelios, lo cual representaba trabajo para mí y dinero; de tumba en tumba, limpiando y acarreando agua, terminé tan cansado esa tarde, con las manos llenas de ampollas, tierra y monedas, las cuales entregué a padre, fel ...
No quise despedirme de el muerto, ya apestaba, lo dejé con el celular en la mano, finiquitaba sobre qué hacer con sus cenizas, hablaba con algún familiar, pausado y tajante, como cualquier otro trato comercial importante, dio indicaciones de sus cuentas bancarias y del lugar secreto donde se encontraban los documentos legales; ni siquiera busqué sus ojos gélidos y opacos para despedirme, tomé mi ...