¡Se asomó y se deleitó con lo visto, en la tierra. Hacía gala de su bondad, de su protección. Saboreó lo dulce y evitaba lo amargo. Mordía, sin caricias, arrebatado. Huía en cada turbulencia, el cielo le requería. Aquí, el simple mortal le amó, le idolatraba. Juraba que sin su aroma, no podría vivir. "El amor es ciego", dicen. De una luz tenue, celestial, fue iluminado, Develado; Sí, er ...
Manualidades de Azteca
¡Fuertes y hermosas, unas guerreras. Hoy les hablé, les llené de caricias y besos. Sin ellas no existirían los tiempos, Las distancias, los pasos, los caminos. Tímidas, aceptaron mis sentimientos no expresados; Con mis tiernos roces, sólo temblaron, No dijeron una palabra, No era necesario, Ellas sólo actúan, Las promesas, No están en su vocabulario!
Clase Bordado con listón, juego de baño navideño Galería Elenita Es su primera labor
¡Había caído una y otras veces más, Cupido, triste, no sabía si llorar, reír, sentir tristeza o burlarse de sí mismo! Por qué huyes, por qué me olvidas, Amor! ¿Será que los corazones no son humanos? ¿O, aprendieron a resucitar en cada agonía, En cada partida del ser amado? ¡Triste corazón, terco, aferrado, No llores más que Cupido muere desangrado!
Corrían entre risas y miradas felices, extasiados, nada les detendría! Era tiempo para volar, soñar y despertar! Quien no se contagiaría de esos ojos chispeantes y risueños? Quien le daría la espalda a lo genuino de su empeño? Como negarse a esa tierna caricia, suave, hasta inexperta, de sus mejillas sonrosadas?
En desvelo, se agolpaban los mejores recuerdos de el bailarín, su chico, su voz firme, su profunda mirada. Su mente recreaba la melodía, su danza, su risa. Algunos sonreían, Otros más, con gesto duro, Le contemplaban y juzgaban. El bailarín, bailaba para sí, Para sus fantasmas, sus espíritus, lo sabía, Nada le distraía, solo hervía En su cabeza, en sus venas, Que era el momento de demostrarse l ...
Podrás tener más de mil formas de amar pero, Ninguna me ha hecho feliz, después de descubrir tu mala memoria. Me niegas, me olvidas, en cada ensayo de amor, en mi ausencia, con otras. Las primeras tres veces que me negaste en tu ser, lo hiciste al caer el alba y no lo entendí. Sigo sin entender, Tu respuesta nunca será suficiente. Te abrí mi corazón, mi alma, en una singular forma de amar. Sin ...
En esta noche, siguen las letras tristes! No las quiero escribir, ya no! He de hacerlo, de lo contrario, Adentro, en mi alma, Lograrían asfixiarme!
Deseo, deseo, deseo! Sin cuidar las cavilaciones! Alguien que cumpla mis anhelos, Los más fervientes, Los que me quitan el sueño, Los que sueño estando despierto! Los que me hechizan y Me conducen a tocarlos Realmente, sin ser palpados!
Brillaban siniestramente sus ojos, rozó sus pantorrillas, ahogó un grito al percibir ese látigo espinoso, agudizó su mirada y logró ver una sombra que giraba en torno a ella; todo estaba en penumbra, a tientas logró palpar uno de los sillones, lo usaría para ubicarse, buscaba la lámpara o el enorme jarrón, algo que le indicara dónde estaba y poder localizar la puerta hacia la salida, en ese moment ...
Nunca le venció el sueño! En su desvelo; El sueño se compadeció de Tan cruel espera, Le hizo cerrar los ojos Y soñar feliz! Hasta el sueño bien sabía que Jamás llegaría!
Silú, le dijo al oído: Quién te enseñó a besar así? Tániuh, le contestó al oído: Nadie. Mis labios se entregan A los tuyos!
Metió las conchas, el gendarme y los bollos al horno caliente; ese gendarme era el último, se le había escondido entre harinas y masas, todos los demás estaban hasta el fondo del horno, este gendarme ya no estaría enlistado con los demás gendarmes, qué tragedia para el panadero. Aún calientes los panqués, los sumergía en el jarabe envinado para los borrachitos, los envolvía en papel encerado, er ...
Costras en los labios agrietados, su sed era un infierno, se detuvo a la entrada de esa ciudad perdida en el inmenso desierto, alcanzó a ver el oasis en medio del castillo, intentó sonreír pero, los labios parecian paralizados, no lograba ni emitir un gemido. El profeta tocó a la puerta del castillo, respiraba el perfume del agua dulce, ya la saboreaba. Egotzin, el rey, se asomó desde su alta m ...
Pasiones, traiciones, anhelos, Verdades, amor, poder y Un sin fin de ambiciones de nosotros: los vivos! Los muertos, se ríen cada vez que nos contemplan! Lanzan besos sin Aliento, deseando consolarnos! Nos vemos tan risorios ante sus cuencas vacías con Nuestras mezquinas turbulencias! Sólo logran burlarse de nosotros con sus muecas desdentadas! Huesos a huesos se dicen: Qué miseria en vida! ...